Al parecer, los chicos estarían sin sus padres, y no hicieron caso a los transeúntes, que les pedían que se bajaran por el riesgo de caídas. El monumento se encuentra sobre una plataforma de concreto, revestida con mármol pulido, lo que lo hace resbaladizo y muy peligroso. Uno de los chicos, tomó la iniciativa y escaló primero. El segundo, casi se resbala al querer alcanzarlo.
Los chicos intentaron desprender el sable del monumento de San Martín, que se encuentra unido a la estructura.
Recordemos que, originalmente, el monumento tenía el sombrero del general, sobre una de las rocas, que ya no está, y también falta la pluma con que la figura del prócer estaba escribiendo.
No había policías ni vigilantes de la plaza al momento de producirse el incidente.
¿Qué opinás? ¿Cómo se pueden evitar este tipo de incidentes?
Gracias, Ruben, por las fotos.